Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1854-1856 (Cortes Constituyentes de 1854 a 1856)
Sesión: 10 de enero de 1856
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 285, 9736
Tema: Voto particular de Sagasta al dictamen presentado por la Comisión parlamentaria encargada del proyecto de ferrocarril de Madrid a Zaragoza

EI Sr. SAGASTA: Voy a empezar rectificando al Sr. Laserna por donde S.S. ha concluido.

Su señoría ha insistido en que, una vez desechado el dictamen de la Comisión en la parte que yo combato, sería necesario retirar el dictamen, porque la modificación propuesta no la aceptaría el empresario. Pues yo he probado a las Cortes que sucede lo contrario; es decir, que esa proposición la ha presentado un representante de esa empresa, a quien se han dado amplios poderes para admitir la concesión del ferrocarril dentro de las condiciones establecidas en la ley hecha por las Cortes. No le pone más limitación que esa; y si no se le pone más limitación, es claro y evidente que no sucederá lo que S.S. dice, y que esa empresa no dejará de aceptar la concesión.

También el Sr. Laserna me ha supuesto una equivocación: ha creído que yo combatía el que las Cortes pudiesen variar o reformar las leyes. Hasta tal punto, señores, les reconozco esa facultad, que conozco que si las Cortes no pudiesen introducir en las leyes las variaciones que estimen convenientes, estaríamos aquí demás; porque las Cortes no crean, lo que hacen es variar, modificar la legislación. Lo que yo digo y repito es, que para reformar una ley hay necesidad de ciertas formalidades, y consecuente con esta idea, y refiriéndome a ferrocarriles, he probado antes que no debía variarse la ley de los mismos sino por una ley especial.

También ha supuesto el Sr. Laserna que no se varía el principio, en contra de lo que yo he demostrado antes. Eso que S.S. detalla de la ley, es sin embargo una parte esencialísima que hace variar una de las bases más principales de la ley.

Ha concluido, por último, el Sr. Laserna lamentándose del color provincial y local que se da a estas cuestiones. Yo apelo a los Sres. Diputados. Yo al voto particular no le he dado más color provincial ni local ninguno; no le he dado más color que el de la ley; no color particular ni local ni de provincia, sino de la Nación entera. Mas bien parece que el color de localidad es el que se da en ese dictamen, puesto que se separa de la ley, que es para todos y a todos pertenece....

El Sr. PRESIDENTE: Señor Sagasta....

El Sr. SAGASTA: A mí me importa mucho dejar consignado que en los negocios que afectan a los intereses generales del país no me mueven los intereses de localidad; que todo lo miro muy en poco cuando se trata de cosas de esta naturaleza. Es verdad que abogué por los intereses de Castilla, como abogo ahora....

El Sr. PRESIDENTE: Señor Sagasta, suplico a usía....

El Sr. SAGASTA: Señor Presidente, me importaba probar que no he mirado esta cuestión como de localidad.

No tengo más que rectificar, porque todo lo demás dicho por el Sr. Laserna ha sido ya expuesto por el señor Madoz y contestado por mí.



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